Con la llegada del verano, cambian los hábitos de consumo… y también lo hacen las botellas que llenan nuestras mesas. Blancos, rosados y espumosos ganan protagonismo durante los meses más cálidos, y su presentación juega un papel fundamental en la decisión de compra.

En este contexto, el diseño de etiquetas de vino se convierte en una herramienta clave para destacar en el lineal o en la mesa de un restaurante. Porque en una estación donde todo entra por los ojos, una etiqueta atractiva, bien pensada y producida con calidad, puede marcar la diferencia.

Vinos frescos, etiquetas con personalidad

Los vinos más consumidos en verano suelen asociarse a la frescura, la ligereza y la celebración. ¿Cómo se traslada esto a la etiqueta? A través de papeles naturales, acabados sutiles, ilustraciones que evocan paisaje, fruta o mar, y diseños donde el color tiene un papel protagonista. El desafío está en transmitir sensaciones con un solo golpe de vista.

Desde Argraf, llevamos décadas trabajando junto a nuestros clientes para dar forma a etiquetas capaces de comunicar no solo el tipo de vino, sino su carácter, su origen y su alma.

Etiquetas preparadas para el frío, el hielo y la humedad

En verano, muchas botellas pasan horas en cubiteras o neveras, y la etiqueta debe mantenerse impecable. En Argraf, trabajamos con materiales adecuados para resistir la humedad y los cambios de temperatura, garantizando que la etiqueta no se despegue ni pierda calidad visual durante el servicio.

Además, el conocimiento técnico y la experiencia de nuestro equipo permiten asesorar a cada cliente sobre la mejor solución según el tipo de vino, papel y acabado deseado.

Precisión, calidad y acompañamiento en cada paso

Cada vino tiene su historia y necesita una etiqueta a su altura. Y no basta con diseñarla bien: hay que asegurarse de que llegue perfecta a la botella. Por eso, en Argraf acompañamos a nuestros clientes durante todo el proceso, desde el diseño hasta la impresión final, asegurándonos de que cada detalle esté a la altura del vino que representa.

Porque una etiqueta bien hecha no solo informa: enamora, conecta y diferencia.